jueves, 25 de junio de 2015

         La noche de las mil y una hogueras 

La noche de San Juan empezó muy de mañana. A las 8 ya había sanjuaneros en Riazor y en el Orzán conquistando ferrados de arena. La fiebre parcelaria de algunos, llegando incluso al latifundismo, causó no pocas discusiones. Porque al mediodía ya no quedaba espacio ni para montar un puesto de barquillos y faltaban por llegar 150.000 personas cargadas de madera y víveres. Eso de que algunos necesiten un campo de fútbol sala para levantar una hoguera puso de uñas a muchos y hubo airadas discusiones. Al final -nadie sabe cómo- cupieron todos.
Carrito - parrilla  lo mas novedoso de esta edición
Para los coruñeses y para los que no lo son -los trenes de Santiago llegaron a San Cristóbal completamente llenos y los hoteles rozaron el 80 % de ocupación- no hay noche como la de San Juan. Es su noche más grande metida en la noche más corta. Es un espectáculo único ver a tantos miles de personas calentándose a fuego lento. Entregados y frescos. Como si no se hubiesen partido el lomo carretando maderos a la playa durante todo el día, levantando hogueras, asando sardinas, descorchando botellas, bebiéndolas... ¿Agotador? No, estimulante.
Como siempre, todo salió redondo. Pero hubo que lidiar con un día sin sol, aunque temperaturas agradables; y con una pleamar a las 10 de la noche, lo que redujo el escenario notablemente obligando a la multitud a celebrar el San Juan tan agarrados unos a otros que hasta parecía pecado.



 

 

 

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