¿Italia es su próximo destino? Cinco curiosidades para comer como un local
Larga o corta, con carne o verduras, rellena o en lasaña, fina o
gruesa... la pasta es el plato más famoso del mundo. Aunque su origen
todavía es motivo de debate, en Italia son, sin duda, los reyes de la
pasta y cada región lo demuestra dando su toque muy típico para
sorprender a los paladares. Pero comer pasta es todo un arte que
entremezcla costumbres y hábitos con elementos propios de cada lugar. Es
una cuestión que va más allá de probar bocado. Con motivo del Día
Mundial de la Pasta, que se celebró el pasado 25 de octubre, la agencia
de viajes online Rumbo.es ha creado una guía donde manggiar la mejor pasta del mundo mundial sin parecer un turista, con los Mandamientos de un comensal italiano.

Nápoles: la cuna de la pasta donde el digestivo no puede faltar
Mandamiento número 1: la pasta se enrolla en una cuchara y ni el aperitivo ni el digestivo pueden faltar. En Nápoles, lugar donde la pasta nació en Italia como con el nombre de makaria, el espagueti con almejas figura como uno de los predilectos de los napolitanos para primer plato principal (primi), ya que el protagonista es su amado mar ¿Con o sin tomate? Esta es una disputa que divide a los más tradicionales. Los más veggies se decantan por los espaguetis a la putanesca, con aceitunas y alcaparras. Eso sí: nada de picarla con el cuchillo. Debe enrollarse con el tenedor en una cuchara y todo lo que haya va para dentro. Una buena jornada debe incluir un aperitivo como una buschette (pan tostado con diversos condimentos). Muy importante: toda comida debe terminar con un limoncello, digestivo que nació en esta región.Roma: la Ciudad Eterna del antipasto y los barrios históricos
Mandamiento número 2: los codos fuera de la mesa, ahí sólo se cuela el antipasto. En la capital italiana el antipasto es una norma. Un clásico es el supplì alla romana, una suerte de croqueta rellena de arroz, queso, carne y mozarella. Sin duda, el mejor abreboca para lo que viene después: el gran plato de pasta. Los bucatini (unos espaguetis gruesos con un agujero en el medio) son un clásico que Roma ha adoptado con la salsa amatriciana. El quinto cuarto es otra estrella de la Ciudad Eterna. Son unos macarrones de pajata (hechos con el intestino de ternero) con rabo de buey. Los más clásicos prefieren espaguetis a la carbonara o los tonnarelli con aceite, pimienta y pecorino. Los mejores sitios para comer están en los rioni (barrios del centro histórico). El Celio en una de las siete colinas (detrás de El Coliseo) ofrece además unas vistas de la ciudad impresionantes. No podemos olvidarnos del Trastevere y sus pintorescas calles y casas.Florencia: la ciudad museo de gastronomía campesina
Mandamiento número 3:
el pan se moja en la salsa. Lo que quizás mucho no saben es que en la
cuna del Renacimiento y el enclave de los Médici la mayoría de sus
platos típicos son de origen campesino, lo que ha hecho del pan un
manjar de mil maneras. La panzanella, una especie de ensalada de
pan, es una de las reinas de la mesa florentina. En su forma habitual se
usa para acompañar los principales (primi y secondi), como la
lasaña bastarda, que se hace con láminas de harina de trigo y castaña, y
un sofrito de tomate, beicon y puerros; o el pappardelle con
frutos del mar. Una regla de todo comensal italiano es mojar el pan en
la salsa que sobra en el plato. Algunos son más atrevidos y lo hacen
directamente en la olla. Una vez comidos (y felices) se puede aprovechar
para visitar el Jardín de Boboli, ideal para desconectar dando un paseo
por sus grutas y el Jardín de los Caballeros. 



