¡Amigos viajeros! ¿Quién no ha vivido esa odisea de intentar dormir en un avión, buscando la postura imposible, luchando contra la ventana o el cinturón? Como "el viajero" que soy y con unas cuantas agujetas de vuelos largos, os digo que la comodidad es VITAL, especialmente para nuestra pobre espalda y cuello. Usamos almohadas de viaje, sí, ¡pero la mayoría las usamos FATAL!
El Secreto de la Almohada de Viaje: ¡La estás Usando Mal!
Créanme, este es un "game changer". La almohada de viaje es nuestra aliada, pero su correcto uso puede marcar la diferencia entre unas vacaciones salvadas o arruinadas por un dolor de cuello.
El Error Común (¡y Cómo Solucionarlo!)
El Fallo: La mayoría la colocamos con el cierre hacia adelante, debajo de la barbilla, pensando que nos sujeta la cabeza. ¡ERROR! El Dr. José Manuel Felices, un crack en esto, lo explica claramente: así, si te quedas dormido, la cabeza se cae y no hay sujeción. ¡Adiós cuello, hola latigazo cervical!
El Truco: La clave es darle la vuelta. La abertura debe quedar hacia atrás, en la nuca. De esta forma, la parte más gruesa y acolchada queda delante, ofreciendo un soporte firme para tu barbilla y tu cuello. Esto evita ese "latigazo cervical" cuando te quedas dormido y tu cabeza se desploma.
¿Por qué la Posición lo es Todo?
Cuando la colocas bien, la almohada no solo da comodidad, sino que realmente cumple su función ergonómica. Se adapta a tu contorno (especialmente las de viscoelástica, que son una maravilla), manteniendo tu cuello alineado. Esto no solo previene lesiones, sino que favorece un sueño más profundo y reparador.
Imaginad la diferencia: llegar a destino fresco y descansado, en lugar de con tortícolis y mal humor. Un buen descanso en ruta reduce el estrés del viaje, y eso, amigos, ¡no tiene precio!
Mi Tip de "El Viajero": Portabilidad y Prevención
Finalmente, asegúrate de que tu almohada sea compacta y ligera. Es un accesorio que debe ir contigo sin estorbar. Es una pequeña inversión en tu bienestar y en la calidad de tu viaje.
Así que ya sabéis, la próxima vez que cojáis ese avión, autobús o tren, dale la vuelta a tu almohada. Tu cuello y tu espalda te lo agradecerán, ¡y tus vacaciones empezarán con el pie derecho!












