jueves, 5 de marzo de 2015

 Los países menos visitados del mundo donde esquivar la masificación - 1º PARTE

No es fácil encontrar lugares en el mundo donde no toparnos con una legión de turistas. Están por todas partes y cada vez resulta más complicado esquivarlas: 1.138 millones de personas viajaron por el planeta en 2014, según la OMT. Afortunadamente, también hay estadísticas oficiales que ofrece pistas clave para no cruzarnos con marabuntas armadas con smartphones y cámaras fotográficas: existen 15 países que reciben menos de 75.000 visitantes al año, muy lejos de los casi 80 millones de viajeros anuales que recibe Francia, el país más turístico del mundo. A continuación escogemos doce de ellos, en los que seguro no te encontrarás a tu vecino o a tu cuñado en la tumbona de al lado.

01 ¿Paraíso o pesadilla?

NAURU

Vista nocturna de la playa de Anibaren, en la insular República de Nauru, en el océano Pacífico. / Matthieu Paley
A pesar de ser una isla minúscula en medio del Pacífico (solo tiene 21 kilómetros cuadrados), Nauru aparece en muchos rankings de destinos. Hay dos motivos: es la república más pequeña del mundo y también el país menos visitado: apenas 200 turistas al año. La verdad es que estos doscientos aventureros tienen bastante mérito porque no es fácil llegar hasta aquí (solo una compañía aérea ofrece servicio hasta la isla y conseguir el visado es una odisea) y tampoco hay mucho que ver: la mayoría de la isla es una gran mina de fosfato a cielo abierto.
Si a pesar de todo nos empeñamos en ir, podremos visitar las playas que rodean la isla y disfrutar de arrecifes de coral perfectos para el buceo y la pesca. El país solo tiene 10.000 habitantes, el desempleo es enorme y prácticamente no hay vida nocturna. Se puede elegir entre dos hoteles: uno más correcto, en la playa, y otro en la ciudad que actúa como capital, Yaren, donde incluso hay un cibercafé junto a la estación de policía.

02 Para amantes de emociones fuertes

SOMALIA

Caravana de camellos en una aldea cercana a Belet Weyne, en el desierto de Somalia. / Kevin Fleming
No hay estadísticas fiables, pero se calcula que menos de 500 visitantes llegan a Somalia cada año. La guerra, el desgobierno, la violencia de los extremistas musulmanes, la sharia… Resulta difícil sumar más puntos en contra. A pesar de todo, hay quien vislumbra algunos síntomas positivos: Mogadiscio, la capital, es ahora relativamente segura y hay empresas que están prosperando. Turkish Airlines incluso cuenta con una ruta de dos vuelos directos semanales desde Estambul.
Quienes se aventuren a visitar este país del Cuerno de África podrán ir a la playa a las afueras de Mogadiscio o visitar el mercado Bakaara, donde incluso te puedes comprar tu propio semi-auténtico pasaporte somalí. Pero hay que tener algo muy claro antes de ir: este es un destino solo para amantes del riesgo muy, muy viajados.

03 Un país casi bajo el agua

TUVALU

La isla de Funafuti (Tuvalu), en el Pacífico, vista desde el aire. / Ashley Cooper
Hay pocos turistas que hayan oído hablar de Tuvalu, un estado del Pacífico que solo aparece en los periódicos cuando se habla de los países que desaparecerán del mapa si el nivel del mar sigue subiendo como consecuencia del calentamiento global. Esta isla completamente plana será la primera en sumergirse, así que habrá de darse prisa si queremos visitarla. El Gobierno ya está estudiando la compra de tierras en otros lugares para trasladar a su población. En realidad, Tuvalu está formado por cuatro arrecifes de coral y cinco atolones que suman un área total de unos 25 kilómetros cuadrados y solo 11.800 habitantes. Las islas más cercanas son Kribati, Samoa y Fiyi.
Cada año recibe menos de 1.200 visitantes, la mayor parte consultores, trabajadores de ONG y funcionarios. Y es que no hay rutas fáciles para llegar en avión, aunque se puede alcanzar desde otras islas del Pacífico en velero. Como escala no está mal, si lo que queremos es hacernos la foto típica en plan Robinsón: en una isla de playas desiertas con palmeras, lo único que podemos esperar en una nación tan plana.

04 El gran atolón

KIRIBATI

Una canoa navegando a vela en las aguas de Tabituea, en Kiribati. / George Steinmetz
Algunos turistas más recibe su (relativamente) país vecino, el archipiélago de Kiribati: unos 5.000 al año. Es el atolón más grande del mundo aunque suele ser noticia por ser el primer lugar habitado del mundo en recibir el año nuevo. Como destino, lo más atractivo es el snorkel y el buceo, la pesca y los deportes acuáticos. En total tiene 811 kilómetros cuadrados de terreno, pero sus 33 atolones están tan dispersos que se tardan seis horas en volar desde el más oriental al más occidental.
También está en riesgo de desaparecer por el cambio climático y la subida del nivel del mar y ya se está planificando el traslado de su población a las vecinas islas Fiyi. Mientras, los escasos turistas disfrutan de sus playas blancas (más de 1.000 kilómetros de costa), los fondos para practicar el buceo y los vestigios de la II Guerra Mundial, en la que fue enclave estratégico de la defensa japonesa.

05 Buceo en las antiguas colonias

ISLAS MARSHALL

Buceo entre tiburones grises en el atolón Bikini, en las islas Marshall. / Doug Perrine
Estas islas del Pacífico fueron españolas en otro tiempo: las descubrió el navegante Alonso de Salazar en 1526 y estuvieron bajo dominio de la corona hasta finales del siglo XIX. Después pasaron a manos alemanas, inglesas y estadounidenses, país con el que mantiene actualmente un pacto de libre asociación.
De allí proceden, precisamente, la mayor parte de los 5.000 visitantes anuales, aunque el turista no tiene mucho que hacer además de practicar la pesca submarina o el buceo en atolones exteriores. El país está formado por 1.152 islas de las que 34 son atolones y 870 arrecifes. El resto son pequeños islotes.

06 En busca de nuestra historia

GUINEA ECUATORIAL

Dos excursionistas acampadas en la isla de Bioko, en Guinea Ecuatorial. / Corbis
A los españoles nos resulta familiar pero es uno de los países menos turísticos del mundo (menos de 6.000 visitantes al año). El infierno burocrático que requiere entrar tiene buena parte de culpa, pero también la situación política y de corrupción generalizada que vive el país. Eso sí, los españoles encontramos todavía ciertas referencias de nuestro pasado común.
No es un destino de vacaciones, pero Guinea tiene recursos muy interesantes: playas paradisíacas absolutamente vacías y naturaleza en estado salvaje, de Nefang. Solo los estadounidenses pueden entrar sin visado.como la del Parque Nacional de Monte Alen .

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