sábado, 2 de junio de 2018

QUE VER EN CRACOVIA ...
Cuenta la leyenda que Cracovia se fundó tras la derrota de un dragón, y tal vez por eso la ciudad esté envuelta en una especie de atmósfera mítica. Se siente en su castillo, pero también en sus iglesias museos y plazas del casco antiguo. En Kazimierz, el antiguo barrio judío, las sinagogas que sobrevivieron reflejan la tragedia del siglo XX y sus animadas plazas y calles secundarias simbolizan la renovación del siglo XXI. Aquí y en todo el casco antiguo hay centenares de restaurantes, bares y locales nocturnos.
Cracovia es una ciudad para pasear, entre el juego natural de arquitectura y luz que se percibe en sus calles, intentando comprender la mezcla de pasado y presente que no puede faltar en cualquier visita a Polonia. Estas son las  razones que harán que te enamores de la ciudad.

La colina de Wawel

La primera experiencia obligada en la ciudad es sumergirse en el pasado polaco visitando los museos del señorial castillo de Wawel y de la catedral, ubicados en lo alto de una colina cuya cima concentrar más historia que cualquier otro lugar del país y actualmente es uno de los reclamos turísticos más populares de Polonia. Eso sí, si queremos que la visita sea algo más que un paseo hay que reservar un mínimo de cuatro horas (y madrugar en verano para evitar excesivas colas).
El castillo Real de Wawel, símbolo de la identidad nacional, fue el corazón político y cultural de Polonia hasta el siglo XVI. Trono de reyes durante más de cinco siglos, conservó buena parte de su poder simbólico incluso después de que el centro del poder se trasladara a Varsovia, a finales del siglo XVI. Convertido en museo, muestra una sala del tesoro, armería, exposiciones y diversos aposentos reales, así como el cuadro más valioso de la ciudad: La dama del armiño, de Leonardo da Vinci. La fortaleza conserva una residencia original, más pequeña, construida por orden del rey Boleslao I a principios del siglo XI. Se convirtió después en un formidable castillo gótico que, tras un incendio en 1499, fue sustituido por el palacio renacentista que se ha conservado y se visita actualmente.
En la colina de Wawel se encuentra también la catedral real, gótica, testigo de numerosas coronaciones y funerales de monarcas y dictadores polacos. Consagrada en 1364, se trata de la tercera iglesia erigida en este emplazamiento, en la que destacan la capillas de la Santa Cruz y de Segismundo, la cripta de San Leonardo y las criptas reales. Y ante de abandonar la colina de Wawel, junto a la torre de los ladrones, conviene entrar en la Cueva del Dragón, antigua madriguera de una legendaria criatura. Ya no vive un dragón en ella, pero merece la pena por la vista panorámica que regala sobre el río Vístula.



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