jueves, 7 de junio de 2018

QUE VER EN CRACOVIA ...
 

De paseo por el casco antiguo

Paradójicamente, las invasiones tártaras del siglo XIII fueron, en realidad, un regalo para Cracovia, ya que permitieron a la ciudad crear un armónico trazado de calles tras la devastación provocada por estas. Casi dos siglos después, la ciudad quedó cercada por una doble muralla defensiva de tres kilómetros de longitud, con 47 torres, ocho entradas principales y un amplio foso. Permaneció en pie hasta principios del siglo XIX, cuando se demolieron sus muros –solo se conservó una pequeña sección al norte– se cegó el foso y se trazó el parque Planty, una zona verde en forma de anillo que rodea el casco antiguo y ahora es uno de los atractivos de la ciudad.
Terraza en la plaza del Mercado de Cracovia. Getty
El centro histórico, peatonal, concentra edificios y monumentos históricos y fue declarado patrimonio mundial en 1978. Rynek Glowny es el corazón de todo: la mayor plaza medieval de Europa y uno de los mejores ejemplos de planificación urbana de su estilo. Su trazado de castro romano se diseñó en 1257 y ha sobrevivido hasta hoy, aunque los edificios que la flanquean han cambiado bastante a lo largo de los siglos. Aunque casi todos parezcan neoclásicos, sus fachadas engañan: esconden estructuras básicas mucho más antiguas, como se puede ver en los detalles de las entradas. Presidiendo la plaza está la Lonja de los Paños, que en su día fue el centro del comercio textil medieval de Cracovia y hoy es un centro de artesanía y de venta de suvenires. También encontramos la Basílica de Santa María, una llamativa iglesia de ladrillo rematada por dos torres de altura dispar que ofrecen excelentes vistas. Desde la más alta, cada hora suena el hejnal, un curioso toque de corneta.
En torno a esta plaza se ubican el resto de los monumentos de Cracovia: al norte, el Collegium Maius (el edificio universitario más antiguo de Polonia, ejemplo de arquitectura gótica); el Museo de la Farmacia, uno de los más grandes de su especialidad, y el museo de la Muralla de la ciudad. Al sur, encontramos la Basílica de San Francisco, las iglesias de San Pedro y San Pablo y de San Andrés, así como el museo Arqueológico. Y hacia el oeste el museo Nacional y el curioso Centro Manggha de Arte y Tecnología Japoneses, creado por el director de cine polaco Andrzej Wajda, que quiso financiar un hogar permanente para la amplia colección de arte japonés del museo Nacional.
Pero hay más (bajo tierra). Debajo de la enorme plaza el Rynek Underground propone una fascinante ruta subterránea por puestos de mercado medievales y cámaras olvidadas desde hace muchos siglos, que incluye hologramas y otros efectos audiovisuales.

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