LA ANECDOTA DE LA MALETA VIAJERA
Una maleta puede haber recorrido el mundo entero, haber estado en
gran parte de historias, de secretos, de crímenes, de confesiones, de
historias de amantes, etc., pero lo bueno (o malo según se mire) es que
no hablan. Se guardan todo lo que han visto y escuchado par ellas
mismas, sus ojos solo ven y sus oídos solo escuchan, pero su lengua
nunca soltará prenda y si lo hicieran…más de uno se vería en un apuro.
Como
quiera que cada vez es más sencillo viajar, por eso de que los costes
se han abaratado, cada vez se venden más maletas. Hasta hace años las
maletas eran más bien escasas, poca gente tenía alguna y en la mayoría
de las ocasiones las maletas se prestaban entre los amigos o familiares.
Pero es que hoy en día ya no es cada familia tenga una sino que cada
miembro de una familia tiene una o incluso más de una. Hasta los más
pequeños tienen su maleta especial.
Y eso hace que las maletas vivan por lo tanto más situaciones inverosímiles, como la que vamos a contar aquí.
En
los aeropuertos y en los hoteles se produce un gran tráfico de maletas,
es el lugar donde más maletas podemos encontrar, además de en los
mejores portales de venta de maletas y en más de una ocasión se ha producido algún que otro incidente.
En
esta ocasión el problema se produjo por una confusión entre dos
clientes, los cuales como es habitual reunían las dos peores cualidades
de todo buen viajero despistado, la prisa y llevar la misma maleta que
otro cliente. Ambos clientes coincidieron en la recepción con distinto
propósito, uno para dejar el hotel y marchar al aeropuerto y otro para
entrar en el hotel.
Como anunciábamos ambos llevaban la misma
maleta, ambos llevaban prisa, eran personas despistadas y con tan mala
suerte coincidieron a la misma hora en el mismo metro cuadrado. Al
llegar ambos a recepción pusieron cada uno su maleta en el suelo, una al
lado de la otra, con tan mala suerte que cuando el primero se marchó,
tomó la maleta del otro, teniendo el segundo que coger la maleta del
primero por simple descarte.
La sorpresa llegó cuando el primero
llegó al aeropuerto y se encontró con que en la maleta había una suma de
dinero cuantiosa, seguro que más que la que podría ganar él, trabajando
el resto de su vida. Muchos se pensarían si devolver la maleta o no, lo
que pasa es que el contenido de su maleta real era bastante importante
para él, mucho más que todo el dinero del mundo…ya que en su maleta
llevaba las cenizas de su difunta madre. Imaginaos el susto y el
disgusto del dueño del dinero al verse sin el mismo y con las cenizas de
un desconocido.
AL final todo se resolvió con una rápida llamada telefónica y cada uno recuperó su maleta original con el contenido del mismo.