La
pequeña aldea de Guoliang se encuentra aislada por las altas
montañas de Taihang, en la provincia de Henan (China), y hasta el año 1977, la
única forma de comunicación con el mundo exterior se hacía a través de un
peligroso sendero que subía por la ladera de la montaña. El Túnel de Guoliang,
construido como principal vía de comunicación, se ha terminado convirtiendo en
una atracción turística.
Su
historia es de lo más inverosímil. Los habitantes de Guoliang,
hartos de protestar al Gobierno Chino para acabar con su aislamiento, decidieron
en el año 1972 trabajar por ellos mismos para excavar un túnel
que atravesara la montaña, literalmente al borde del precipicio.
Cinco años fueron necesarios para completar un túnel de 1,3
kilómetros de longitud, con unas dimensiones interiores de 5 metros de
alto, por 4 metros de ancho. Contando con la dificultad que ya imponía la
montaña, la construcción cobra aún mayor reconocimiento cuando
sabemos que su equipo de trabajo no superaba los 20 hombres. Sin ningún tipo de
ingeniero entre ellos, se dejaron literalmente la vida para ayudar a su
pueblo.
Aunque
estos trabajadores siempre serán recordados por su gran obra, sin contar con
apenas recursos, la seguridad en el túnel es escasa. Durante el recorrido de más
de un kilómetro se pueden encontrar hasta 30 tramos abiertos al abismo de la
montaña. Gracias a esto, Guoliang atrae cada año a más curiosos y
turistas que se quedan impresionados con su entorno.
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domingo, 26 de enero de 2014
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