Situada
en la desembocadura del río Nueva, dentro del concejo de Llanes
(Asturias), la tranquilidad de esta playa se ve alterada por el símbolo
que le da nombre, una serie de formaciones rocosas erosionadas
a la caprichosa elección de la fuerza del mar Cantábrico, perforadas a menudo en
forma de gruta o cueva.
Las
rocas que conforman estos curiosos 'acantilados' son, en su mayoría, lo que
conocemos como 'conglomerado de sedimentación', es decir, un
tipo de roca formada por restos de otras rocas que han sido transportadas hasta
el lugar por las corrientes de agua principalmente, y que con el paso del
tiempo, los diferentes agentes geológicos han ido solidificando hasta
compactarlos en un solo cuerpo rocoso.
Las enormes rocas en forma de grutas que hacen famosa a la playa
llegan a alcanzar los 7 metros de altura sobre el nivel del
mar, un espectáculo que se puede contemplar tanto en altamar desde
fuera, como en bajamar desde dentro.
El
mejor momento para disfrutar de este fenómeno natural es en
bajamar, el momento ideal para sumergirse entre las cavidades de las
enormes rocas que se encuentran en pleno arenal de la playa, la cual ha sido
catalogada con la Bandera Azul por cumplir con las condiciones
ambientales e instalaciones.
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lunes, 18 de noviembre de 2013
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