Llegar por tierra a uno de los lugares más visitados de la isla de Mallorca, la Cala de Sa Calobra, requiere un "pequeño" sacrificio, un descenso de 14 kilómetros desde lo alto de la Sierra de Tramuntana a través de una serpenteante carretera con curvas de 80º. Eso sí, todo el mundo que completa el recorrido coincide en que la recompensa merece la pena.
Para conocer el origen de esta joya natural hay que remontarse miles de años atrás, cuando el curso de agua Torrente de Pareis, atravesando la ya citada Sierra de Tramontana, se encontró con el mar en un último tramo dominado por acantilados de cantos rodados que alcanzan los 200 metros de altura. Su desembocadura dio lugar a la pequeña Playa del Torrente de Pareis, un espacio virgen de 60 por 25 metros de ancho que preserva su estado natural.
Flickr: lvalgaerts
Aunque también se puede acceder a la Cala de Sa Calobra en barco desde el Puerto de Sóller, el trayecto por la "infernal" carretera PM-214-1 despierta más interés con sus curvas de 80º, y en especial por el famoso Nus de la Corbata (Nudo de la Corbata), un giro de 360º.
Tras completar la ruta, nos encontramos con un aparcamiento habilitado y varios restaurantes delante de la Playa del Torrente de Pareis, a la que se accede caminando unos 300 metros al pie de los acantilados, incluyendo un pasadizo excavado en la roca caliza. Toda la zona en sí es un lugar de culto para los practicantes del excursionismo, senderismo, espeleología o barranquismo. Además, el Torrent de Pareis fue declaradoMonumento Natural por el Gobierno Balear en el año 2003 por el interés que representan su flora y su fauna, donde se han observado más de 300 especies.
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miércoles, 2 de julio de 2014
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