En la zona sur de la Isla italiana de Capri, justo limitando con el mar Tirreno, se encuentra una laboriosa obra de ingenieria con más de 100 años de historia, la Vía Krupp que conduce al Marina Piccola aportando una travesía especial y diferente.
Su historia tiene que ver con Friedrich Alfred Krupp, un magnate alemán que en el año 1899 se propuso mejorar su calidad de vida, ordenando construir un camino que subiera y bajara la montaña para llegar sin problemas a la costa Marina Piccola. La obra estuvo al cargo de Emilio Mayer, que tras tres años de trabajo consiguió completar la Vía Krupp.
El mayor mérito de la vía es claramente superar la diferencia de altura del acantilado compuesto de roca calcárea, de 100 metros de aproximadamente. Esto se consiguió trazando un total de ocho vertiginosas curvas a lo largo de un kilómetro y 300, con unas vistas más que recomendables.
El sendero tiene su punto de partida en los Jardínes de Augusto, originalmente conocidos como los Jardínes de Krupps hasta 1918, ya que fueron propiedad de su mansión. Sus terrazas con vistas al mar suponen una parada obligatoria antes de descender por la famosa Vía Krupp.